Lo que pasó en el verde hasta ese minuto fue una absoluta superioridad táctica, técnica, de actitud y de aptitud del Zaragoza sobre un, sorprendentemente hipermotivado Numancia. Pero llegó el jugador nº 12 del Numancia, que desde luego no fue el inerte,silente y apabullado resto de graderío, sino el chufletero indigno y mal intencionado que segó de un golpe parte de las ilusiones de la grada.
Chufletas sinvergüenza: arrieros somos y en el camino nos encontraremos. Desde Urio no había vivido un descaro semejante; como buen "pelotas", a los que te han puesto ahí les tendrás que agradecer el cocido, y bien que te lo reconocerán; desde luego, por tus méritos, "un solteros contra casados" grande te viene.
Tiraaaaaaaaa, ¡¡¡¡ ZANGANO !!!!
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