lunes, 11 de abril de 2016

Un día con Popovic

Se presentaba el enfrentamiento contra el Mallorca como la última opción de opositar al ascenso directo;  la victoria no era condición suficiente para ello, pero si necesaria, imprescindible diría yo, para no dar por agotado el escaso margen con que se deambula por esta igualada liga.

Ante una infumable plaga de lesiones musculares (recomendaría echar la vista el césped de la ciudad deportiva, que igual descubre allí el problema), el inquilino de la banqueta, aficionado al buen fútbol y al control de la pelota, se decide por un once extraño;  tenemos a nuestro mejor central disponible pero optamos por un buen lateral de mal central, y un mal lateral como pésimo titular.   Además, para llevar el timón, nuestro jugador mas lento e intrascendente;  ¡ pero bueno !, es lo que tiene la plaga de lesiones.


Avanza el partido;  nuestro mal lateral la pifia.  0-1.  Mala pinta.   Bueno, ya se le ocurrirá algo al del banquillo, si bien todo apunta a que se fía de los 11 que ha puesto.  Un soporífero cuarto de hora mas tarde, una jugada a balón parado hace que nuestro centrocampista intrascendente empate de cabeza, marcando su primer gol desde cadetes de esta factura.  No está mal llegar 1-1 al descanso después de un catastrófico primer acto.  Todos esperamos que en tiempo de asueto nuestro director de orquesta se dará cuenta que el centrocampista, a pesar del gol molestas mas que aporta, es lento e intrascendente;  que no tenemos laterales en ninguna banda, y que uno de los nuestros juega con los cascos de música puestos y a lo suyo.  Tres cambios a huevo.

Tras un rato de segunda parte y aferrarnos al "mil banderas ondearan ....",arreglamos por fin lo del lateral y jugamos con un buen central y un mejor lateral.  Acierto de pleno!!!.  Esto tiene buena pinta.   ¡¡¡ Leches, se quedan con 10, y marcamos el 2-1!!!.  Todo de cara;  ya está.  Ahora parece que lo normal es quitar al de los cascos y poner al anárquico, que con el partido como está todo parece indicar que puede ser su día.  Al intrascendente mediocampista, que encima ha marcado el segundo, imaginamos que lo quitará para que se lleve un aplauso de la grada, lo recuperará como futbolista cara al futuro y  de paso refuerzas un poco en centro del campo y mejoras la posesión del balón.    Pues si, justo lo contrario;  acabamos el partido con dos medios centros reventados físicamente, el de los cascos a su bola, un cojo con muchos carácter y un poco de potra en el 93.

Esta claro, el entrenador no puede ser otro que Popovic.  No se puede hacer peor.   ¿como? ¿no es Ranko?.  Vaya.  Habrá sido pues un mal día de Carreras ... pero con la flor de Ranko.

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