lunes, 28 de marzo de 2016

En crisis, y sin saberlo

Es tan efímero, tan emocional, tan visceral y tan carente de criterio racional todo aquello que concierne al mundo del fútbol, que un simple gol en el descuento, un latigazo de suerte ... o de mala suerte, un destello de calidad en un instante es capaz de decantar centenares de voces, miles de comentarios, millones de palabras durante una semana en ese sentido que, en no pocas ocasiones, nada tienen que ver con la realidad.

Y es que, el gol en propia del Albacete, pudo resultar mas dañino que beneficioso; un golpe de suerte en un mal partido oscurece las carencias, oculta los errores, minimiza la falta de intensidad y disuelve las bajas formas;  uno ramalazo de suerte en el 93 ciega nuestro raciocinio para ponerse al servicio de las vísceras, y nos ensimisma hasta que 14 días después, en el mismo escenario, contemplemos atónitos y sorprendidos como, lo que la suerte nos dio, la lógica, el mismo desorden táctico, la locura de algunos protagonistas, arbitraje tendencioso y parcial y falta galopante de intensidad en nuestras huestes nos lo quita.

Ni antes eramos tan buenos ni ahora tan malos;  si contra Albacete no hubiéramos ganado, que era lo normal,  restan dos puntos, que añadido al que no merecimos sacar en Tenerife hacen 3 puntos menos por justicia.  Pues esos tres puntos de mas, tienen exactamente el mismo valor que si se hubiera ganado al equipo amigo de condado vecino;  solo que la diferencia radica en que nuestro estado de ánimo, con los mismos puntos y el mismo paupérrimo juego, sería estupendo.

Todo es relativo excepto que nuestro equipo está en crisis táctica desde el partido contra el Lugo.  Y no está mal saldar una crisis de 5 partidos con 8 puntos, pero si queremos progresar adecuadamente, hace falta mucha mas intensidad en el verde, mas compromiso con los compañeros y mas criterio desde el banco.  Ayer, el máximo responsable del desaguisado es Carreras; y después Cabrera.  A los demás solo les falta dejarse el 100% en cada partido, y si así es, no dudo que ascenderemos.

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