lunes, 4 de enero de 2021

Los Miserables

 Ya nada es capaz de sorprendernos en el diario devenir de la actualidad Zaragocista, ni en lo deportivo, y menos todavía en lo social.   Una secta de hijos, cuñados, conocidos o amigos de empresarios Aragoneses disfrazados de salvadores, aprovecho la putrefacción que el Agapitismo generó en el entorno Zaragocista para asaltar gratuitamente el arruinado y desolado Real Zaragoza. 

La esperanza llegó a nuestros corazones, y gracias a que es el corazón y no la cabeza quien domina nuestras acciones en estas lides, todos arrimamos el hombro y consideramos que el camino se despejaba con la llegada de la fundación 2032.  Al tratarse de personas de la tierra, de reconocido prestigio y solvencia económica, casi venía a ser el deseo que todo Zaragocista de bien querría para nuestras huestes.  La cosa pintaba bien, y sin duda la afición iba a tener la suficiente paciencia con el proyecto para poder trabajar correctamente, con la esperanza de lograr, al fin, una estructura sólida, seria, fiable y solvente que llevara a la entidad despacio pero con paso firme al saneamiento económico y la posición deportiva que por masa social le corresponde.



Los años y el tiempo, juez insobornable que da y quita razones, han puesto a esta fundación 2032 en su sitio.  Una gestión carente de liderazgo, donde dicen tomar las decisiones por consenso (eso no pasa ni en las comunas), acompañada de un incomprensible continuísmo en los incompetentes "directivos", una falta total de capacidad para elegir a los gestores deportivos, dejadez en lo institucional y relación con socios, abandono y desinterés en un campo crucial como el marketing, abonando continuamente la falta de empatía con afición, socios y peñas.  Si esta mezcla, de por si lamentable, la aderezamos con una pavorosa falta de capacidad de influencia en los poderes sociales y políticos de la ciudad (a la Romareda me remito), es fácil comprender que llegar a la situación actual no es por simple deseo del azar o la casualidad.   

Los Zaragocistas, tras la ilusionante manifestación del año 2014, pusimos el club en manos de un grupo de auténticos miserables que a la vez rezuman incompetencia por los cuatro costados.  Hay una premisa importante en la vida, y es que para ganar algún día 2, antes has tenido invertir 1.  El verbo "arriesgar" no lo conjugan porque quizá en su vida nunca tuvieron que hacerlo para llegar al estátus que ostentan.  Ellos no, pero quizá sus padres empresarios Aragoneses, o tíos empresarios Aragoneses, si lo hicieron, y a ellos les tendrían que dar gracias eternas.

Y lo peor:    ¡¡¡Si por lo menos les gustara el fútbol!!!


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