Faltan cosas

Ha echado a andar el nuevo Real Zaragoza de la temporada 2019/20.  El Zaragoza de Víctor Fernández, el Zaragoza del récord de abonados en segunda, el Zaragoza de la ilusión contenida, el que te hace sostener la respiración cada vez que te preguntan por él. 

Un hormigueo interior me hace sentir que este año no puede ser uno mas;  demasiadas cosas relevantes han sucedido como para creer que se puede convertir en otro mas de transición hacia la nada.  La entrada en mayoría de Alierta, la continuidad de un míster muy por encima de su cargo y algún fichaje de relumbrón mediático hacen pensar que estamos ante la mejor oportunidad para asaltar el sueño al retorno de la élite.

Pero hay que ser inteligente, y sobre todo listo a la hora de afrontar el reto, y aprender de los precedentes de anteriores temporadas.   El entrenador insiste una y otra vez en que es necesario completar esta buena plantilla con un par de retoques que la hagan profunda y competitiva.   El choque frente al Tenerife, donde los insulares nos quitaron la pelota y casi nos maniataron a ratos con ella, así como el del Toralin de Ponferrada, donde quedó de manifiesto la dificultad de nuestros jugadores para mantener la posesión de la pelota bajo presión, exige actuar sobre la actual confección de la plantilla tal y como Víctor indica.   Si no lo hacemos corremos el serio riesgo de poner en peligro el objetivo que tan bien enfocado está desde el principio.

Faltan cosas, y no debemos conformarnos sin ellas.  Escuchen a Víctor.