Es completamente incuestionable que ciertas cosas van mejorando, quizá mucho mas despacio de lo conveniente, y algunas de ellas a velocidad de tortuga, pero los números en el fútbol, los resultados son capaces de enmascarar la realidad a modo de niebla navideña. Del mismo modo que en los inicios de la competición el equipo jugaba y merecía mas de lo que tenía, es normal reconocer que en estos momento el despliegue que se exhibe en el campo no da para tanto punto como se consigue. Si injusto fue el inicio en puntos, igualmente lo es ahora en sentido positivo; al final el equilibrio en el largo plazo se impone con cordura.
Disfrutemos con estos momentos de bonanza e ilusión, por encima de todo para los sufridos aficionados, y esperemos que los profesionales se dediquen a la mejora integral del juego en zonas clave del campo, tales como, por citar algunas, el centro de la defensa y las bandas (si existen). Cierto es que ganamos, pero no es menos cierto que Cristian Alvarez no siembre va a estar para salvar 5 balones de gol ni el contrario va a fallar un gol regalado en el minuto 1. Esos errores, en fútbol profesional suelen penalizar sin piedad.
Mucho tiene que trabajar este grupo de futbolistas para que tengamos la sensación de que se trata de un conjunto fiable y solvente. Se está en el camino, pero aun muy lejos de llegar, y si se pierde esta perspectiva, mas pronto que tarde nos llegará un bofetón de realismo difícil de digerir.
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