No fue precisamente el encuentro frente a Osasuna un partido para virtuosismos ni detalles de calidad; si difícil era escapar de la fiereza desmedida de la presión rojilla, mas todavía lo era esquivar los agarrones, patadas, planchas y pisotones con la que te "recompensaban" una vez superado el escollo anterior. Cual maquinillas de Gillete, la delantera cortaba, la media rasuraba y la defensa apuraba la agresión.
Y el partido es eso, simplemente eso; una presión salvaje y fiera, desmedida y fuera del reglamento continuamente, permitida por el inútil del pito y que provocó un partido bronco y feo, donde las pocas ocasiones del rival son producto de nuestros errores defensivos, y las pocas ocasiones Zaragocistas producto de los escasos destellos de calidad, golazo incluido, que pudieron escapar a las furibundas acometidas rivales.
Un partido para crecer, para comprobar que no todos serán como el Córdoba; partidos de este tipo nos quedan unos cuantos, porque el nivel de los equipos de arriba en la segunda es este; agresividad, intensidad, buena colocación y forma física;
Un punto muy grande, todo lo grande que permitió el trencilla, sobre todo por lo que supone de afianzamiento de este bloque, y de consolidación del nuevo Zaragoza.
Animo, y a seguir
No hay comentarios:
Publicar un comentario