un beso de "amor verdadero"

Estamos en epoca pre navideña, momentos de buenos deseos, buenas intenciones;  momento de pedir deseos y momento de reflexionar sobre lo acontencido en el año para, en el año venidero seleccionar con mas acierto los pasos a tomar.  Al fin y al cabo eso es lo que se hace llamar "experiencia" y que tan valorada es cuando amanece incipiente, y tan denostada cuando atardece longeva.

Lo cierto es que a lo largo de esta primera fase de la competición todos tenemos la sensación de que hemos dejado pasar un precioso tiempo sin extraer de la experiencia el debido aprendizaje cara al futuro.  Se juega tan mal o peor que el primer día, el funcionamiento como conjunto es tan errático o mas que el primer día, la confianza de los jugadores en sus posibilidades y en la del grupo está bajo cero, y las perspectivas de futuro, a la vista de los esperpénticos espectáculos que nos brindan no pueden ser mas funestas.

En esta tesitura, y dado que nadie toma medidas para remediar lo que parece avanzar de manera impenitente, desear al Real Zaragoza que siga sumido en este fantástico sueño en el que vive desde hace 15 días, y que no despierte de él hasta bien entrado el mes de junio. Es la única razón, la ilusión, a la que nos podemos agarrar a través del fino hilo de la suerte.

El club, congelado deportivamente, abocado al abismo económico, necesita para salvar su vida un beso de "amor verdadero".  Solo nosotros, los aficionados de verdad, se lo podemos dar, y de momento muchos no están por la labor;  en casa hace menos frío.