Ya hace unos cuantos días que parece la cordura se ha instaurado en todo lo que rodea el ámbito del Zaragoza, y que duda cabe ello redunda en todos los estamentos del club. No parece tan difícil crear un ambiente de trabajo correcto; para ello solo se necesita dejar a las personas adecuadas en los lugares correctos durante el tiempo necesario.
Ahora, al menos, ya se pueden imaginar nuestros hijos lo que fueron los tiempos pasados; nunca jalonados de grandes triunfos ni de éxitos repetidos, pero si al menos de dignidad y expectativas mas allá de habitual milagro de fin de temporada.
Levantamos la cabeza una vez que se confirma que, la luz que vimos era el final del túnel.
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