La alargada estela de los acompañantes de Ali Baba en el famoso cuento dejó su impronta el pasado sábado por el, cada día menos maltrecho césped Zaragozano. Un engominado Ali Baba perpetró unos de los robos mas viles de la reciente historia Zaragocista, y lo hizo bajo la cómplice mirada de sus colaboradores en la banda. No se trata de analizar una u otra jugada, una u otra actitud, una u otra acción; en todas puede haber justificación, acierto o error; se trata de analizar el global de 90 minutos de persecución, chulería, incapacidad, analfabetismo arbitral y, lo peor de todo, "coleguismo" barriobajero cuando el destrozo estaba hecho.
El personajillo inepto del pito todo lo ensombreció, todo lo enpequeñeció, todo resulto ser intrascendente dada la magnitud del acontecimiento "ladronil"; incluso fue capaz de ocultar la vuelta de Lafita, ocultar la enésima demostración de que Romaric no puede jugar el fútbol en estos momento, ocultar la palpable sensación de que atrás sufrimos mucho, ocultar la ineficacia cara a puerta, ocultar lo grande que es esta afición en los peores momentos y ocultar muchas mas cosas, que para nosotros pueden quedar ahí, invisibles, pero no para el responsable de arreglarlas. Total, todo esto con tres victorias se olvidará y esperaremos pacientes a que de nuevo, el ali baba de la gomina nos vuelva a pitar un partido. En vista de la habitual tentación a humillarnos que los estamentos futboleros y televisivos del país tienen, intuyo no tardará en ocurrir ... y será fuera de casa para que puedan disfrutar mejor. ¿que apostamos?.
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