Quiero encontrar un motivo de esperanza, y solo lo hallo en el reforzamiento que ello va a provocar en el estado anímico en jugadores, técnicos y afición. Puede que estemos toda la temporada sin jugar a nada (como ya anduvimos en tiempos pretéritos con Marcelino o Paco Flores), pero un equipo de jugadores hiper-motivados por y para la victoria, que tiene de cara a la Diosa fortuna y la aprovecha, puede resultar letal para el rival.
Por lo pronto, el Cordoba ya no va a venir a la Romareda como los demás. Posiblemente no sepan como nos desenvolvemos en la hierba; ni tan siquiera saben si hemos mejorado el juego; solo saben que llevamos 6 puntos de 6, y ya le damos algo mas de miedo.
En la mano de Herrera está aprovechar este empujón, y no volver a cometer los mismos errores con Barkerazos, Abrahamazos, Cidonchazos y Acevedazos (. Esperemos sea listo, como lo fueron Marcelino y Paco Flores.
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