Incomprensible desorden táctico el organizado en el Calderón, que nos superó muy de largo a aficionados, periodistas y jugadores; imagino que a Jimenez también le superó, y cuando ya se dió cuenta dejó el asunto para mejor ocasión.
La única duda del primer acto del enfrentamiento dominical era saber cuando se inauguraba el marcador local; la segunda duda cuantos guarismos iban a pasar por el electrónico local y la tercera saber si Michel llegaba como míster a la Romareda. Finalmente será que no, y a fe que lo siento en el alma.
Esperemos que la copa no nos alargue la resaca, y sepamos comparecer al partido. La oportunidad es inmejorable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario