martes, 17 de abril de 2018

No se quiso ganar

El Real Zaragoza salió derrotado del campo de Vallecas con mas claridad de lo que el marcador reflejó al finalizar el encuentro.  El 2-1 es un resultado decoroso para lo expuesto por nuestros pupilos en el verde Vallecano.

Bajo un planteamiento timorato y algo defensivo puso en disputa Nacho Gonzalez a los suyos; los primeros 45 minutos resultaron muy igualados, con muchas alternativas en el control de juego, pocos acercamientos a puerta y gran respeto mutuo.   Los porteros inéditos, las defensas bastante por encima de los ataques, y la batalla en el centro del campo muy igualada.  No pintaba mal la cosa.

Tras el descanso, el Zaragoza se acomodó en el partido y dio por hecho que el empate era un premio muy al alcance de la mano.  Optó por parapetarse atrás y esperar algún zarpazo aislado de Borja con el que sentenciar el partido.  Con lo que no contaba Nacho González era con los groseros errores de concentración que dicha condición iba a provocar en nuestros experimentados defensas.  En esas llegó el 1-0, tras una indecisión colectiva claramente personalizada en Benito.   Una vez consumado el bofetón, nuestro míster fue incapaz de reaccionar con solvencia y rapidez.  Zapater y Ros seguían estorbando a Eguaras, Guti deambulaba por todo el campo como un pollo sin cabeza, Borja parecía un naufrago y Pombo solicitaba a gritos el cambio.   Tan tardía fue la reacción que el Rayo aprovechó, esta vez si, otro garrafal regalo del tapado Mikel Gonzalez para sentenciar el partido a falta de 15 minutos.  Todo el pescado vendido sin haber hecho nada relevante nuestro rival.  Una vez mas nuestros regalos y la nula reacción desde el banquillo decantaron un duelo equilibrado, casi insulso, que llevaba marchamo de empate.  Papu, en la extraña portería de las "cantadas", maquilló un resultado que deja el golaverage igualado, aunque mucho me temo que para poco va a servir.

En definitiva, un Zaragoza que intentó ganar, que se fue conformando con el empate, y que acabo perdiendo con una claridad manifiesta por abandonar la idea de intentar ganar.  Yo creo que eso SI debe entenderse como una enseñanza cara al futuro, y no la que, según Nacho González, dieron los jugadores del Rayo a nuestras jóvenes promesas. 

La lucha sigue, y hay que estar todos con el equipo.

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