Yo soy del Real Zaragoza de verdad, del que respetaba el fútbol, las normas. Del que era admirado en toda España por que jugaba bien, era limpio, deportivo y siempre digno rival. Que representaba con orgullo a la ciudad y a todo Aragón por el mundo, que era temido por sus rivales allá donde iba, que alguna vez también la pifiaba, pero costaba poco perdonarlo. Soy de ese Zaragoza que tenía muchos jugadores emblema que, Aragoneses o no, sentían el león rampante del pecho de la misma forma que nosotros lo hacemos. Ese Zaragoza, ya no existe.
La vergüenza vivida ayer en Sevilla solo viene a dejar al descubierto la inmensa farsa que todo esto ha sido a lo largo de los últimos 7 años; Se han perdido casi todos los valores de nuestro equipo; y que nadie dude que somos todos nosotros cómplices necesarios; Delante de todos nosotros ocurría, y mirábamos a otro sitio dando por bueno que lo urgente siempre era algo distinto a lo necesario.
Pues esto hemos conseguido; un club en segunda, con una deuda inabordable a corto, medio y largo plazo, huérfano de valores, casi odiado en media España y condenado a una penitencia casi mas dolorosa que lo vivido hasta hoy. Las caretas se han quitado, han dejado a la vista a un incompetente entrenador, un inservible parapeto de presidente y una inepta dirección deportiva. Ahora solo queda Agapito, y ante la masa furibunda, yo, no me pondría en su lugar. ¡¡¡ Que tengas suertecita, Agapufo !!!, por desgracia el Zaragoza ya la tiene echada.
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