viernes, 27 de noviembre de 2020

Dolor infinito

No, no voy a recordar lo de ayer en el césped de la Romareda.  Solo fue una mas, previsible, esperada e irrisoria actuación de un grupo de comprometidos e impotentes jugadores, mezclado con una cuadrilla de jetas y vividores que han venido a corromper al grupo de manos de un incompetente gestor deportivo a lo largo de muchos años.  Prefiero hablar de algo que no sea tan previsible como el nuevo ridículo que nuestra camiseta hará el próximo domingo en el estadio del Español.

Echando la vista atrás y afrontando con una carga crítica los hechos vividos en nuestro pasado, se puede aprender de los errores, también de los aciertos, pero no reescribir la historia vivida.   Todos creímos que bueno era salvar nuestro Zaragoza del descenso en Valencia allá por los albores del verano de 2011;  y lo conseguimos.   Volvimos a aunar esfuerzos un año después en Getafe con el mismo objetivo, y se volvió a lograr.   Con la perspectiva del tiempo, quizá fueron decisiones erróneas que propiciaron la continuidad del Agapitismo unos años mas, con lo que los cimientos del Zaragocismo se consumieron hasta un extremo insalvable, que por poco nos lleva a la desaparición.

Ante esta tesitura, la pétrea y admirable afición se (nos) manifestó para acabar con esa oscura época patrocinada por las politicastros del momento, y así propiciar el alumbramiento de la Fundación de Alierta y compañía.  Se inicia la época del silencio, del aburrimiento, del limite salarial, de la mansedumbre, de la gestión económica;  en definitiva la época del adormecimiento del sentimiento Zaragocista en pos de un resurgimiento económico a costa de todo lo que fuera necesario.  Época gestionada por tecnócratas incapaces de discriminar lo emocional de lo material, desconocedores de la forma de encauzar la carga sentimental que un equipo de fútbol conlleva, indudablemente propiciado por que, la mayoría de ellos para su desgracia desconocen la emoción que se siente con el griterío de tu hija cuando marcas un gol, o el abrazo que te das con ese compañero de asiento, pelma hasta la médula, pero que el éxtasis del momento mas bien parece durante unos instantes tu amigo del alma.

Si falta el sentimiento, si esto no saben lo que es, yo les invito fervorosamente a que cojan la puerta y se vayan lo mas lejos posible del club.  Tomen los vídeos de Solans padre, incluso de folclórico Jesús Gil, y contemplen lo que es sentir tu equipo, emocionarte, llorar, gritar y, a veces, sufrir por ello.  

Quizá parte del problema radique en que , por regla general, los habitantes de la planta noble de las oficinas están lejos o muy lejos de ser emprendedores o empresarios de éxito, a pesar de que nos cansemos de oírlo una y otra vez.  En realidad son hijos de gente con mucho dinero, hijos de empresarios de éxito, acaudalados sin muchos mas esfuerzo que la suerte de la cuna.  Y eso, la ausencia de fatiga para buscarse el coscurro déa a día, hace que en los momentos delicados que la vida siembre está presta a ofrecerte, la incapacidad de afrontarlos aflore, si bien siempre ha estado cobijada. 

Desconocen lo que es sufrir por tus colores, porque nunca han disfrutado con él.

¡¡¡Abran la puerta, y a la calle!!!.  Nos sabemos defender solos.

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