Recuperar los valores de este Zaragoza es mucho mas importante y perentorio que el asunto deportivo. Al fin y al cabo, el asunto deportivo siempre ha sido el cómplice necesario para dilatar y posponer a un segundo plano esta imperiosa regeneración.
No hay mal que por bien no venga, pero debemos trabajar para que se haga realidad, y nuestro Zaragoza deje de estar en las zafias manos de un especulador producto de la enterrada cultura del pelotazo, donde el tráfico de influencia, la corrupción y el politiqueo eran las mejores tretas que te facilitaban alcanzar la notoriedad y el éxito sin trabajar. Y de aquellos barros vienen estos lodos.
AHORA MAS QUE NUNCA, REAL ZARAGOZA.
Que el llanto de los niños se convierta en sonrisa debe ser labor de todos nosotros; y os aseguro que callados no se arregla nada.
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