
Tres claves afectaron sobre manera el trascurrir del partido; El árbitro, Roberto y los cambios de Javier Aguirre, siendo este el mas relevante de los tres.
Salió Aguirre con un equipo repleto de "sorprendentes" cambios en la alineación respecto al buen precedente contra el Betis, con un solo cambio en la caótica linea defensiva, y con varias modificaciones de jugadores y demarcaciones en lo que mejor rendimiento dio en Sevilla; el ataque. No tenía buena pinta a priori, pero como el fútbol no deja de ser un juego, y lo de ayer no vale para mañana, solo había que dejar transcurrir los acontecimientos a lo largo de los 90 minutos; y fue un percance el que nos enseñó el camino de la mejora defensiva, al tener que ser reemplazado por lesión muscular el central Mateos. Ello obligaba a un cambio atrás con la entrada del aguerrido y peleón Lanzaro, que a los 3 minutos de presencia en el campo ya había dejado claro que las cosas iban a cambiar drástica-mente; todos nosotros lo agradecimos excepto los habilidosos delanteros malagueños.
Si el azar hizo que nuestra linea de atrás mejorara, Aguirre se empeño en empeorar el resto con unos nefastos cambios que convirtieron al Zaragoza en un equipo timorato, sin personalidad, sin salida de balón, sin llegada y, lo peor de todo, sin ni siquiera la esperanza de, en una contra sorprender al rival. En ocasiones creo que hay que saber leer los partidos, la influencia de cada jugador en el global, el compromiso, la profesionalidad ... y, en eso, aunque suene raro, ayer Aguirre lo hizo todo muy mal; desde la confección de la alineación titular hasta los cambios.

Aguirre: de los errores de aprende, y ayer creo que cometió demasiados; los damos por buenos si sirve para evitarlos en un futuro. Su crédito es incuestionable.
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