martes, 6 de febrero de 2018

Sin jefe; sin rumbo

El pasado verano, todavía apabilados por la espantosa temporada de nuestro Real Zaragoza, se nos vendió la idea de un proyecto a medio plazo, un plan ambicioso para levantar una casa y, como bien es sabido, por los cimientos teníamos que comenzar.  El arquitecto del plan era Lalo Arantegui, y el aparejador elegido para seguir los planos y la ejecución de dicha obra el Sr. Nacho González.

Unas pinceladas alimentaban la confianza en el nuevo proyecto;  muchos jugones con ganas de balón, equipo joven y con hambre, gente de experiencia en puestos claves, laterales largos con buen fondo físico, extremos rápidos ... en definitiva un plan lleno de melones dispuestos para ser degustados a lo largo de una temporada ilusionante.

Pasada media temporada de este proyecto el resultado no puede ser mas espantoso.   Lalo Arantegui puso a disposición de Nacho unos planos ambiciosos, unos materiales con cierta calidad y unos medios de construcción dignos para poder iniciar los trabajos.  El Sr. González ha puesto los ladrillos en el suelo, las baldosas en el techo, las puertas en las ventanas y las barandillas en el pasillo.   La culpa, como todos imaginan, de los jubilados a pie de valla que contemplan atónitos el desaguisado.

Si esta obra tuviera un jefe normal, preocupado por el devenir de sus dineros y de sus proyectos, hace días que el aparejador Sr, González estaría en la fila del paro, pero ...

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