viernes, 6 de octubre de 2017

Si, pero no

Después del premeditado y bochornoso atraco sufrido frente al equipo costero de los condados adyacentes, nos dirigíamos a Oviedo con la incuestionable necesidad de, por un lado dar una buena imagen y por otro lado traernos alguno de los puntos en disputa.   Ambas cosas se cumplieron, pero.... 

El exquisito juego desplegado en muchos momento de la segunda parte no puede ser una cortina que tape los lamentables minutos habidos en el entorno de la consecución del segundo gol Oviedista.  No se consiguen cerrar bien los centros laterales, se falla en la posición de despeje, se conceden segundas jugadas en el área, y para colmo nos rematamos cesiones en propia puerta por la escuadra.  

Con el balón en los pies somos tan peligrosos para el rival como para nosotros mismos;  la fluidez a la hora de crear juego es tremenda, con muchas opciones de pase, claridad en el juego y llegada al área, pero del mismo modo que atemorizamos al rival en con la pelota en los pies, somos nuestro peor enemigo en la pérdida de balón.  El sistema de repliegue defensivo está sin trabajar, y nos convertimos en un espectacular coladero que, a poco avispados que sean nuestros rivales, nos supone llegadas en superioridad, faltas al borde del área y multitud de centros laterales.

A nos ser que se consiga atajar esta sangría defensiva, este equipo huele al de los años 80, con Leo Beenhakker como entrenador.   Espectáculo garantizado, muchos goles a favor y en contra, admiración de los rivales, pero pocos éxitos deportivos. 

Por lo menos, aquel admirado y reconocido equipo estaba en primera...

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