A MILLA LO ECHA MILLA

La tozudez es una de las características mas simbólicas de los aragoneses, y a fe que Luis Milla ha hecho honor a dicha condición.  

Mientras pudo alinear al equipo que de principio se dibujó en su cabeza todo parecía miel sobre hojuelas;  en el momento que comenzaron a fallar, siquiera levemente los engranajes del mecanismo, con la caída por lesión de Xumetra, Cani o Cabrera, todo se desmoronó a la misma velocidad que perdía Milla la confianza de sus jugadores, de sus superiores y de sus aficionados.

Milla ha conseguido que una plantilla corta, pero con muy buenos jugadores, se haya convertido en un lodazal humano de donde no parece posible sacar provecho alguno.  Por desgracia todo merced a incomprensibles cuestiones que nunca supo explicar, lo cual ahondaba en el divorcio tanto con los suyos como con la afición.

Rememoremos la enfermiza obsesión por un sistema que sacaba de sitio a la mayor parte de jugadores (Ángel, Ros, Morán, José Enrique, Lanzarote...), la obcecación en no dar oportunidades a Edu García o Pombo, la tardanza en colocar como titular a José Enrique, la persistencia con un portero escandaloso, las absurdas convocatorias, la falta de reflejos en los cambios, la escasa capacidad de transmisión a sus hombres etc.   Cada cosa por separado insuficiente para llenar un vaso;  todas juntas son capaces de hacer rebosar un tonel; y si encima hacemos un memorable ridículo en Tarragona, en Soria, en Sevilla, en Valladolid y en casa contra el Elche, la moraleja es tan simple como predecible. 

Estos mismos mimbres que deja Milla, con un buen cestero son MUY BUENOS MIMBRES,   Mucho mejor de lo que parece, y mucho mejor de lo que es ex entrenador ha sacado a la palestra un fin de semana detrás de otro, a cual mas bochornoso.

Ya veréis que mimbres ... si se acierta con el cestero ... aunque sea a la tercera.