Todo parece matemáticamente calculado, como si de un plan preestablecido se tratara donde el control de los tiempos, los estados de forma y las crisis fueran aspectos planificados y controlados. Este Zaragoza, por mucho que se empeñen los agoreros y los Popovistas (que increíblemente existen), nada tiene que ver con el adefesio técnico y táctico que deambuló erráticamente casi todos los fines de semana del 2015; ahora te puede salir un partido tosco, sucio y feo, como en Tenerife, pero hay varias diferencias capitales; en este momento tienes portero, tienes una defensa segura que sabe defender intensamente y jugar, un centro del campo canchero que en cada momento interpreta el guión como debe, y un delantero que, aunque no tiene mucho gol, hace su labor a la perfección; y ademas tienes un banquillo con piezas válidas para intercambiar (que a fuerza de ser sincero, el serbio es lo único de lo que carecía) y, sobre todo, un entrenador que sabe lo que quiere, lo que necesita, que interpreta bien, y decide mejor.
¡Que no!, ¡que no!, que este Zaragoza nada tiene que ver con el anterior. Que el Zaragoza de ayer, jugando mal, muy mal, rematadamente mal, empató con un equipo que pronto estará en Play off; este mismo partido, hace 5 meses, hubiera terminado con una soba de espanto... y eso...
Un punto mas, quizá no merecido pero si meritorio;
y así se sube; y si no le preguntamos al Eibar, que por cierto, sigue en primera.
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