viernes, 12 de junio de 2015

42 partidos para 22 minutos


El destino tenía reservada para toda la afición un guión cruel, sarcástico y despiadado. 

Un Zaragoza muy superior al rival durante los primeros 22 minutos hizo que toda nuestro cúmulo de sensaciones se desviará hacia la desesperación por no saber como batir a un excelente portero, o a como entender el injusto y absurdo criterio del soplagaitas de turno; 22 minutos de intensidad, control de juego, ocasiones, combinaciones ...  en definitiva, 22 minutos de fútbol de verdad, del que gusta ver, del que hace que la grada se vuelque con los suyos y empuje y empuje hasta meter la pelotita en el agujero.

Pero el destino tenía reservada una crueldad de tamaño supino;  42 jornadas de esfuerzo, de frío, de calor, desplazamientos, ilusiones, alegrías, tristezas, desesperaciones, emociones;   9 largos meses de trabajo que se acaban yendo por el sumidero en el fatídico minuto 22, sin que tu rival haga nada para ello.

Fin de partido, fin de eliminatoria, fin de ilusiones, fin de emociones.  Ahí se acabó todo, incluso la carrera profesional de algún protagonista.   Tanta expectación para 22 minutos.  Eso si, fueron 22 minutos de los que hacía mucho tiempo no se vivían en la Romareda

Desde ese minuto fatídico, el 22, hasta el final, solo el himno cantado a capela enervo de nuevo nuestros vellos. 

A pesar de la crueldad, Seguiremos ...

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