viernes, 1 de octubre de 2010

El Fortín


Curiosamente la palabra "fortin" nos induce a imaginar un lugar tenebroso, de muy dificil acceso, complicado de conquistar, pero en realidad, semanticamente la palabra hace referencia a una fortaleza de pequeño tamaño, de pequeña dimensión y, por lo tanto, mas fácil de defender cuando las personas que lo habitan son un reducido número. Es por ello que lo nuestro no es un fortín, sino que debe ser una fortaleza de los pies a la cabeza.

Esta semana hemos sabido que somos mas de 22.000 los abonados que colmamos las gradas de la vetusta fortaleza de la Romareda, y en sus espíritus, en sus almas, en sus gargantas y hasta en sus palmas tenemos que fiar la suerte de este Real Zaragoza que nos toca vivir.

Esperemos que la fortaleza (que no fortín) de la Romareda venza al enemigo (casi amigo) rojiblanco, y podamos librar el horizonte que enemigos que acosan nuestros débiles ejércitos. Necesitamos recobrar energía para afrontar nuevas batallas y, en lugar de defendernos, atacar esos nuevos territorios que nos rodean y, de paso, devolver al escudo del león la honra que merece. El tiempo sabrá vengar las afrentas que sufrió, ha sufrido y, me temo seguirá sufriendo en el próximo futuro.

Aupa Zaragoza. El sábado ¡¡¡A GANAR!!!

1 comentario:

Carlos dijo...

Somos sufridores natos y así seguiremos, cuando haces un castillo de paja, cualquiera con un poco de chispa te lo quema, antiguamente a la paja le ponían barro para hacer más consistente la construcción pero ahora se ponen un traje de amianto y dicen si se queman que se jod.... que yo no me quemaré.