Mal no se juega, pero...

Ante Osasuna se jugo bien, se combino bastante, el dominio de balón lo tuvimos mayoritariamente nosotros, pero esto no vale de nada si, al final, la salsa del futbol no llega. La falta de pegada arriba es alarmante, y es que el delantero que se ponga debe ser capaz de aprovechar alguna de las tres o cuatro ocasiones que se van a generar en cada partido. Defensivamente el equipo es sólido, el centro de campo juega y crea, pero arriba no se llega con claridad, y cuando se llega, los delanteros no tienen ese espíritu depredador que necesitaría un equipo que dispone de tan pocas ocasiones. Se hace imprescindible un delantero con garantías.